Me parece que es tiempo de que en Costa Rica se acaben esas situaciones de compadrazgos y hermano-amigo que abren puertas para que se canalicen peculados.

Hace rato escuchamos “ríos sonando” con la Directiva del BNCR y no se diga de su antiguo Gerente General.

Directivos involucrado en posibles lavados de dinero  o sirviendo de “mulas” para hacerlo, y nadie dice (salvo un directivo por allí) “por favor autoridades de investigación necesitamos que nos
revisen”. Ni tampoco escuchamos que el gobierno ni el OIJ intervengan de facto.

Tenemos un gobierno que parece que le gusta solapar cosas muy curiosas. Esos “gastos legales” de la Refinería de seguro que podría tener cola y de seguro que podrían haber muchos colgados a ellos gracias a esos “posibles errores”,  porque ahora ya no se les llama desfalco ni peculado a esos actos, sino que se cubren con la cómplice palabra “error”.

Para nadie es un secreto que entre más ganancias hubiera tenido el BNCR mayor era “el premio” que se le daría al sr. Naranjo.

Lo curioso es que se dejó de pagar un reclamo de Tributación y de lógica el no pago de ello se refleja dentro de la  ganancia de ese período. Y con ello el porcentaje le fue dado intacto al sr. Naranjo.

Ahora, la cuestionada Directiva (que no ha querido investigación alguna) también aprobó unas bonificaciones —-(en tiempo del sr.Naranjo)— con mas dinero del debido.  Y me atrevo a pensar que el sr. Naranjo , como empleado, también recibió su “premio”.

Y no estamos hablando de  desaparecidas pesetas sino de miles de millones de colones.

En mi tiempo de escuela a eso le decíamos “hacer casaca gallega”.

Y digo que cabe una investigación porque hay que revisar si se obviaron los códigos debidos -POR PARTE DE LA AUDITORIA DEL BNCR- o si ese departamento de control interno llegó a tener  “ÓRDENES DE ARRIBA” para hacerse de la vista gorda.

Lo curioso es que en la empresa privada, del tamaño del BNCR, esos errores se pagan con juicios y despidos del Gerente y de todo aquél que haya sido parte del equipo “errático” o “errado”, y se les obliga a devolver dineros con daños y perjuicios.

Con los Juicios de Alcatel hubieron situaciones parecidas, sólo que la diferencia era que los dineros eran de procedencia de entes ajenas al país.

Aquí, con lo del BNCR, podríamos estar con un posible caso de ABUSO DE AUTORIDAD, de posibles ÓRDENES SUPERIORES para auto-causarse mayores “premios”.

No olvidemos que el sr. Naranjo es un profesionista en materia económica, y que debió de velar -como parte de su trabajo- para que el BNCR no fuera burlado. Y menos con situaciones que le estaban causando – con millones de colones- beneficios personales a él y a otros.

Creo que de facto el OIJ, o mediante una moción del Consejo de Gobierno, o de la misma -también tolerante- Asamblea Legislativa se inicie un serio proceso de investigación  “al grito de hace dos
años”.

El país lo necesita, al igual que ocupa de una buena investigación de todos los contratos del famoso “Puente de la Platina”.

Me parece que hay muchas cosas en la que nos estamos quedando rezagados en comparación con los países de nuestra región.  En Guatemala no ha habido miedo de las autoridades para revisar ¨la
cadena¨ que se organizó desde la Casa Presidencial, con Pérez  En El Salvador apenas detectaron cambios llamativos de capital en su ex- presidentes y funcionarios son llevados a juicios. Aquí somos de “mi amigo ha tenido un trajín del carajo en ese Ministerio y ha decidido volver a su trabajo particular”, pero después se descubre que aunque no es técnico ni tiene relatividad con aviación, se le tiene de representante del país en un organismo de aviación, y allí gana más que si fuera el Ministro.  Y aunque era competencia del MOPT el nombramiento la Casa Presidencial lo nombró irrespetando la autonomía, casi que obligando al nuevo Ministro a aceptarlo o a aceptarlo.

En fin, es hora de que La Fiscalía General de la República dé señales de que no tiene miedo a los de cuello blanco y actúe  Y es tiempo ya de que el gobierno que prometió cambios radicales para evitar esas cadenas de chorizos y cosas “que hasta causaron que de la Casa Presidencial se extraviaran más de 100 vehículos”  (y que hasta la fecha sigue eso en el limbo – todo por asuntos de compadrazgos políticos), y nos deje de ver con cara de estúpidos a las y a los costarricenses.

(*) Luis Fernando Benavides Ramírez
cédula 9 0040 0403