Moscú, 24 jul (Sputnik).- Rusia adoptó el 20 de julio la nueva Doctrina Naval hasta el año 2030 que prevé desarrollar misiles de crucero de alta precisión de largo alcance, armas hipersónicas, entre otras cosas, pero no habla sobre los planes de construcción de un nuevo portaviones. El analista Vladímir Tuchkov explica por qué esto puede ser una señal positiva.
El documento firmado por Vladímir Putin confirma que “los misiles de crucero de alta precisión y largo alcance servirán de base para el armamento de submarinos, buques de superficie y fuerzas de defensa costera hasta el año 2025”. Después de 2025, el documento exige que la Marina esté equipada con misiles hipersónicos y sistemas robóticos, incluyendo vehículos submarinos no tripulados.
© Foto: Oficina de prensa de la Flota del Norte
Para el año 2030, Rusia “debe tener, en todas las direcciones estratégicas, una flota poderosa y equilibrada, que disponga de barcos diseñados para llevar a cabo tareas en aguas locales, en las regiones marítimas distantes y en los océanos del mundo, así como deben ser equipadas con armas eficaces y de alta precisión las fuerzas de defensa costera y la aviación militar”, además de un sistema desarrollado de bases y puntos de reabastecimiento.
La estrategia establece objetivos a mediano y largo plazo para la Armada:
Por si fuera poco, el documento estipula que existen planes para construir un portaviones, pero no da más detalles.
© Sputnik/ Vitaly Ankov
Desde mediados de los años 2000 se ha llevado a cabo una intensa discusión dentro de los círculos de política militar de Rusia para construir un portaviones. Sin embargo, ningún proyecto ha sido concretado. En 2015, las discusiones avanzaron, después de que el Centro Estatal de Investigación Krylov, con sede en San Petersburgo, y la Oficina de Diseño de Neva presentaron el proyecto del portaviones polivalente 23000E Shtorm, el mayor vehículo de esta categoría en todo el mundo. El proyecto pasó a ser considerado desde entonces como el sucesor más probable al Almirante Kuznetsov, el único portaviones de la Marina rusa.
Los defensores de la nueva iniciativa insisten en que Rusia —que limita con dos océanos y dos mares (el Báltico y el Negro)— debe desarrollar y construir nuevos portaviones para seguir siendo una gran potencia naval.
Mientras tanto, otros observadores sostienen que ante todo Rusia tiene que resolver los demás objetivos estratégicos en el ámbito naval y que el país debe preparar primero la infraestructura material necesaria antes de construir este tipo de vehículos.
Otros, entre ellos Tuchkov, señalan que Rusia puede y debe postergar la construcción del portaviones, si no por completo, al menos por el futuro previsible.
Razón #1: los portaviones se hunden
Después de todo, “el grupo de ataque aéreo, que además del propio portaviones, incluye hasta quince naves y buques de escolta, es muy lento a la hora de actuar. Todo el mundo contempla, literalmente, como se despliegue en la zona donde se producirán ataques aéreos. Esto es bastante entendible, cuando queremos aterrorizar a un país que no puede defenderse contra ataques aéreos y espaciales, esto parece a la forma tradicional de la diplomacia estadounidense”.
“Pero incluso los mejores expertos estadounidenses afirman que los países desarrollados militarmente como China o Rusia son capaces de combatir a estos grupos, usando misiles modernos antibuque antes de que la aviación de portaviones tenga la oportunidad de despegar, lo que en un abrir y cerrar de ojos arruina la misma idea de este tipo ataque”, agregó el analista.
Lo contrario también es cierto, respecto a la futura máquina rusa, admitió Tuchkov, porque Estados Unidos, con los misiles necesarios, puede fácilmente destruir cualquier portaviones ruso.
Razón #2: los misiles de crucero se están volviendo más eficientes que la aviación de los portaviones
De acuerdo con Tuchkov, no se puede pasar por alto que cada día crece más la importancia de los misiles de crucero de alta precisión lanzados por submarinos y barcos de superficie, especialmente porque estos sistemas ahora tienen a menudo un alcance más largo, comparado con la aviación basada en portaviones.
Hay también otras tres razones por las que los misiles de crucero son una herramienta más efectiva contra los objetivos terrestres que los portaviones, remarcó Tuchkov. “En primer lugar, se trata de que la desviación estándar máxima de los misiles del objetivo es de unos 5 o 10 metros, o incluso menos. En segundo lugar, apuntando a los objetivos con misiles de crucero se elimina la necesidad [para los aviones] de entrar en la zona de defensa aérea enemiga. En tercer lugar, los bombardeos pueden ser efectuados con un mayor grado de discreción, especialmente cuando se realizan desde submarinos”.
Razón #3: los portaviones son extremadamente complejos y caros
Teniendo en cuenta los factores mencionados, el analista hizo hincapié en que era natural preguntarse si Rusia realmente necesita desarrollar la tecnología de portaviones tan apreciada por EEUU. Después de todo, la construcción de una sola nave sería extremadamente costosa, mientras que un nuevo operador compartido entre las cuatro flotas rusas no satisfaría la demanda de la Armada.
Tuchkov manifestó que la construcción de un portaviones con un desplazamiento de 100.000 toneladas (es decir, el Shtorm) “costaría, según las estimaciones más conservadoras, alrededor de un billón de rublos (16.800 millones de dólares, aproximadamente), incluidos los costos de investigación y desarrollo”.
Además, el experto advierte que “para apoyar al buque durante las campañas, sería necesario crear todo un grupo de ataque para el portaviones”. Y esto, como lo ha demostrado la experiencia norteamericana, requiere alrededor de quince barcos de escolta y servicio, asegurando la defensa antiaérea y antisubmarina, el apoyo logístico, además de otras medidas necesarias. Así que podemos agregar otros 100.000 millones de rublos (1.687 millones de dólares).
Y eso sin mencionar los gastos en la aviación del buque, recordó el experto. Si el Ministerio de Defensa renuncia a los actuales MiG-29Ks y Su-33s, los aviones de cuarta generación que serán obsoletos para el año 2030, esto permite estudiar la opción de utilizar los cazas T-50 (PAK FA) de quinta generación.
Sin embargo, para adoptar esta aeronave para el uso naval, “no es suficiente agregar un gancho, equiparla con alas plegables y reforzar su protección anticorrosiva. Sería necesario modificar seriamente la aviónica del vehículo, ya que la aviación naval tiene sus propias características. Además, sería imprescindible también revisar la composición de las armas, lo que requeriría cambios en los sistemas de control de armas, y actualizar los sistemas de localización y alerta temprana a los estándares de la Marina”.
“Es decir, esto debería resultar en un nuevo proyecto de PAK FA”, (Futuro sistema de aviación de primera línea). Y esto, según Tuchkov, elevaría el costo a otros 500.000 millones de rublos más (8.400 millones de dólares), teniendo en cuenta el costo estimado de 6.000 millones de rublos de un T-50 estándar y el complemento prospectivo de Shtorm que prevé 80 aviones de combate.
Además, el analista puso de relieve que es necesario tener en cuenta el costo de creación de una infraestructura portuaria y de muelle especial para construir el nuevo buque, dado que todavía no se han construido grandes buques en Rusia. Toda la infraestructura de construcción de portaviones de la Unión Soviética se está “pudriendo” ahora en la ciudad ucraniana de Nikolaev. Tomando en cuenta estos gastos también, sin olvidar de cualquier otro costo adicional inevitable, el precio de la nave se eleva a dos trillones de rublos (336.000 millones de dólares). Cabe recordar que el total del presupuesto militar de Rusia para 2016 fue de 69.200 millones de dólares.
“Con este dinero, es posible construir… 80 submarinos nucleares de la última, cuarta generación, por 25.000 millones de rublos cada uno. Ellos serían mucho más eficaces que un portaviones”, concluyó Tuchkov. (Sputnik)