Vientiane, 5 sep (EFE).- La Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) inicia mañana una cumbre que volverá a poner a prueba la cohesión del grupo ante las disputas territoriales en la región que enfrentan a varios de sus socios con China.

El encuentro anual de líderes tendrá lugar en Vientiane, la capital de Laos, país que este año ostenta la presidencia del grupo del que también forman parte Birmania (Myanmar), Brunei, Camboya, Filipinas, Indonesia, Malasia, Singapur, Tailandia y Vietnam.

La reunión se celebra menos de dos meses después de que la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya se decantara a favor de Filipinas en la disputa que mantiene en el mar de China Meridional con Pekín, que rechazó reconocer este fallo y lo calificó como “nulo e ilegal”.

China reclama casi la totalidad de este espacio marítimo por el que circulan cada año mercancías por un valor de 5 billones de dólares, y que contiene grandes caladeros de pesca y potenciales yacimientos de petróleo y gas.

La disputa en esta zona, que también reclaman en parte tres socios más de ASEAN -Vietnam, Brunei y Malasia-, ha llevado a una escalada de la tensión en la región, y ha puesto en evidencia las discrepancias en el seno del grupo, que opera por consenso.

Los ministros de Asuntos Exteriores de ASEAN no pudieron incluir ninguna referencia al fallo del tribunal días después en un comunicado conjunto debido al veto de Camboya, un estrecho aliado de China de la que acababa de recibir un donativo de 500 millones de dólares.

El alineamiento de Phnom Penh con los intereses chinos ya provocó que en 2012 ASEAN terminara por primera vez en sus 49 años de historia una cumbre, la que se celebró en Camboya, sin emitir el tradicional comunicado final.

Camboya, que no tiene demandas territoriales en esa zona, aboga por evitar que ASEAN se posicione en el contencioso, tal como persiguen Vietnam y Filipinas, y defiende una resolución de las disputas de forma bilateral, la opción preferida por Pekín.

En agosto, China y ASEAN buscaron acercar posiciones y acordaron finalizar a mediados de 2017 el marco para un código de conducta que relaje las tensiones en el mar de China Meridional, y crear una línea de comunicación de emergencia para utilizar en caso de crisis.

Los incidentes entre guardacostas y pescadores se han repetido en los últimos años en esta zona, junto a una creciente militarización por la construcción por parte de China de instalaciones de uso militar en diversos islotes.

El acuerdo sobre el código de conducta, que las dos partes discuten desde 2010, será presentado en Vientiane donde el bloque de diez países también mantendrá encuentros paralelos con China, Japón, Corea del Sur y Estados Unidos, entre otros.

La delegación de EEUU estará encabezada por Barack Obama, cuyo mandato ha buscado reorientar la acción exterior de Washington hacia el Pacífico para contrarrestar el auge chino, con el refuerzo de acuerdos militares con Filipinas -un aliado tradicional- o Vietnam.

Obama, que llegará a Vientiane tras la cumbre del G20 en China, aprovechará para promover el acuerdo comercial transpacífico (TPP), que aún debe ser ratificado por los parlamentos de los países que lo han sellado, cuatro de ellos miembros de ASEAN.

La de Obama será la primera visita de un presidente de EEUU en Laos, país que aun arrastra el legado de los dos millones de toneladas de bombas que la aviación americana arrojó entre 1964 y 1973 durante la Guerra de Vietnam.

Se espera que el mandatario estadounidense aproveche el viaje para anunciar un impulso al programa de desactivación de los miles de explosivos que siguen esparcidos por diversas zonas del país.

En cambio, no queda claro que en su agenda entren los derechos humanos, tal y como le reclaman varias organizaciones que denuncian la represión que ejerce el Gobierno del país asiático sometido a un férreo régimen comunista.

Estos grupos denuncian la desaparición de activistas como Sombath Somphone, que fue capturado en 2012 en un control policial, o el caso de tres laosianos que trabajan en Tailandia y que fueron detenidos al regresar al país tras criticar al régimen en Facebook.

Estas cuestiones dejarán en segundo plano la agenda oficial de la cumbre, dedicada a avanzar en la integración económica del grupo que el 1 de enero se constituyó formalmente como Comunidad ASEAN, un espacio de 622 millones de habitantes y un PIB conjunto de 2,5 billones de dólares.

Con esa declaración, ASEAN persigue crear un mercado y una base de producción única, con libre circulación de capital, servicios, bienes, inversión y personal cualificado.

El bloque regional aspira con ello a crecer hasta un PIB conjunto de 4,7 billones de dólares en 2020 y a convertirse en la cuarta potencia económica del mundo dentro de 15 años.EFE