Por Ignacio Ortega, Moscú, 2 oct (EFE).- Rusia hizo oídos sordos a las críticas de la alianza antiterrorista encabezada por EE.UU., Turquía y Arabia Saudí, e intensificó sus ataques contra las posiciones del Estado Islámico (EI) en Siria.
Los aviones rusos destruyeron durante la noche un centro de mando y un campo de entrenamiento yihadista en la provincia de Al Raqqa, donde se encuentra, de facto, la capital del califato proclamado por el EI.
En apenas tres días la aviación rusa ha bombardeado ya los bastiones del EI o del Frente al Nusra, filial siria de Al Qaeda, en cinco provincias: Homs, Hama, Alepo, Idlib y Al Raqqa.
El objetivo estratégico ruso es crear un cinturón de seguridad entre las posiciones del Ejército sirio en Damasco, Alepo y Latakia y las milicias yihadistas, a los que los bombardeos deben obligar a replegarse al interior y a renunciar a sus planes de expansión hacia la costa mediterránea.
Según los partes militares del ministerio de Defensa ruso, los bombarderos y cazas han destruido centros de mando, campos de entrenamiento, arsenales con armamento y vehículos militares, almacenes de combustible, fábricas de munición y varios búnker.
Siria defiende la legitimidad y la efectividad de la intervención rusa solicitada por el propio Asad con el argumento de que los aviones rusos han hecho más en tres días que la coalición antiterrorista en más de un año de lucha contra los yihadistas.
“En cuestión de días o semanas la aviación rusa obligará a los yihadistas a replegarse. Tendrán que esconderse en túneles y búnkers. Será el punto de inflexión en la guerra en Siria”, dijo hoy a Efe Leonid Ivashov, antiguo general soviético y jefe de la Academia de Asuntos Geopolíticos de Rusia.
Ivashov pronostica que, “si los países del Golfo Pérsico, como Catar, dieran la espalda a los terroristas, entonces la guerra se terminaría en dos meses, como máximo, y el EI se desintegraría”.
En caso contrario, el Ejército sirio, con la única ayuda de Rusia y de las milicias kurdas, “necesitará medio año para acabar con la resistencia yihadista”.
El retirado general soviético cree que el EI “no es una temible amenaza militar”, pero cuenta con la ayuda de Estados Unidos y Arabia Saudí, que le proporcionan armamento y munición, y Turquía, que le compra petróleo.
Al respecto, las autoridades rusas opinan que la coalición no sólo no ha frenado el avance de los yihadistas, sino que los ha utilizado como ariete para debilitar al Ejército sirio e intentar derrocar a Asad.
Rusia mostró hoy las primeras imágenes de sus aviones emplazados en la base aérea de Latakia, en la costa mediterránea de Siria, cuya seguridad está garantizada por un batallón de infantes de marina.
En un vídeo difundido por el canal de televisión “RT” se puede ver el aterrizaje de un bombardero polivalente Su-24, Fencer en la terminología de la OTAN, que vuelve a la base tras cumplir una misión de combate.
Más de 50 aviones y helicópteros rusos toman parte en la misión militar que ha desplegado Moscú en Siria, entre ellos, los bombarderos Su-24M -Fencer, según la terminología de la OTAN-; los cazabombarderos Su-34 (Fullback) y los cazas Su-25M (Frogfoot).
Rusia insiste en que el único objetivo de sus bombardeos son los yihadistas y no las milicias rebeldes que se oponen al régimen de Bachar al Asad, ya que Moscú no considera grupo terrorista al Ejército Libre Sirio, ni tampoco la población civil.
El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, aseguró que los enemigos de Rusia son los mismos que los de la alianza antiterrorista -EE.UU., Reino Unido, Francia, Alemania, Turquía, Arabia Saudí y Catar- que combate a los yihadistas en todo Oriente Medio.
Con todo, esa coalición emitió hoy una declaración conjunta en la que conminan a Moscú a no atacar ni a la oposición política en Siria ni a los civiles, y a centrar exclusivamente sus acciones militares contra los yihadistas.
“Expresamos nuestra profunda preocupación con los ataques de la fuerza aérea rusa sobre Hama, Homs y Idlib desde ayer que han causado bajas civiles y que no tenían como objetivo Daesh (EI)”, señala un comunicado emitido por el ministerio turco de Exteriores.
Según la coalición, las acciones militares rusas “constituyen una mayor escalada y solo causarán más extremismo y radicalización”.
“Instamos a Rusia a ceder de forma inmediata sus ataques contra la oposición y civiles sirios, y centrar sus esfuerzos en luchar contra EI”, insiste.
La respuesta del ministerio de Defensa ruso no se hizo esperar y su portavoz, Ígor Konashenkov, calificó de “puras sandeces” esas acusaciones.
El general ruso habló de “provocación informativa”, ya que las acusaciones no están apoyadas por ningún dato objetivo, y destacó que Rusia ofrece partes diarios con fotos y vídeos sobre sus operaciones en territorio sirio.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, intentó hoy tranquilizar en París a su colega francés, Francois Hollande, y a la canciller de Alemania, Angela Merkel, sobre los auténticos objetivos de los bombardeos rusos. EFE