Fotografía de archivo tomada el 11 de mayo de 2015 que muestra una vista aérea de las supuestas islas artificiales construidas por China en las aguas disputadas al sur del Mar de China al oeste de Palawan (Filipinas). EFE.
Pekín, 30 oct (EFE).- China elevó hoy el tono ante Estados Unidos y Filipinas por las disputadas islas Spratly, al advertir a Washington de que nuevas incursiones podrían degenerar en un conflicto y rechazar cualquier recurso a un arbitraje externo.
Pekín no tiene intención de ceder en el pulso que periódicamente mantiene con Washington y sus vecinos de la zona sobre la soberanía en parte de ese archipiélago y sus aguas adyacentes, ricas en recursos pero sobre todo de importancia estratégica para el control de la navegación en la zona.
Después de que Estados Unidos cumplió sus anuncios y el martes envió al destructor “USS Lassen” a las aguas dentro de las doce millas de un arrecife reclamado por China, los jefes de ambas Marinas discutieron el asunto en una videoconferencia en la noche del jueves.
El jefe de la Marina china, almirante Wu Shengli, no dudó en hablar de la hipótesis de una “guerra” a su contraparte estadounidense, el también almirante John Richardson, jefe de operaciones navales de la Marina de Washington.
“Si Estados Unidos continúa con este tipo de actos peligrosos y provocativos, podría haber una situación acuciante entre fuerzas de primera línea de mar y aire de ambas partes, o incluso un incidente menor que provoque una guerra”, advirtió Wu en la conversación, según explicó hoy un comunicado de la Marina china.
Además, el responsable naval chino insistió a Richardson en que Pekín espera que “Estados Unidos estime la situación positiva” actual entre las Marinas de ambos países, “que no se ha producido fácilmente”.
Wu mostró a Richardson la “profunda preocupación” causada en Pekín por la presencia del buque estadounidense, junto con aviones navales de escolta, en la zona de doce millas, y le urgió a que Washington “evite que este tipo de incidentes ocurra de nuevo”.
La soberanía parcial o total sobre el archipiélago de las Spratly (Nansha en chino) está en disputa entre China, Taiwán, Vietnam, Malasia y Filipinas.
Las tensiones en esa zona han cobrado mucha fuerza en los últimos meses tras la divulgación de numerosas fotografías de satélite que muestran cómo China ha realizado obras de gran amplitud en algunos islotes y arrecifes hasta convertirlos en auténticas islas artificiales, incluso con pistas de aviación.
El Gobierno chino asegura que esas obras tienen como objetivo la instalación de faros y otras edificaciones para garantizar la seguridad de la navegación en la zona, algo que realiza en asunción de sus responsabilidades internacionales.
La referencia de Wu a lo que ha costado la actual buena cooperación entre las Armadas de Pekín y Washington recuerda, sin mencionarlo, a los incidentes antes habituales por la aproximación de aviones espía estadounidenses a territorio chino y a los años de conversaciones para evitar incidentes en el encuentro de buques o aviones en la zona.
En abril de 2001, un avión de espionaje electrónico estadounidense EP-3E colisionó en vuelo cerca de China con un caza J-8 de Pekín, lo que causó la muerte del piloto chino y forzó al aparato norteamericano a realizar un aterrizaje de emergencia en una base aérea china, generando un importante incidente diplomático.
A pesar de que EEUU ha seguido realizando vuelos de espionaje cerca de territorio chino, la cooperación entre ambas Armadas ha mejorado mucho en los últimos años, como muestra la visita que un grupo de 27 oficiales de la Marina estadounidense realizó la pasada semana al único portaaviones chino, el “Liaoning”.
Sin embargo, Estados Unidos, que planea tener trasladada al 60 por ciento de su flota en el Pacífico para 2020, sigue rechazando la soberanía china sobre las islas Spratly, en lo que coincide con su aliado filipino.
Pekín remachó su posición en el asunto tras conocer que la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya determinó este jueves que tiene jurisdicción en una reclamación de Filipinas sobre su soberanía territorial en la zona.
“China no acepta ni participa en un procedimiento de arbitraje”, afirmó tajante un comunicado del Ministerio de Exteriores chino, posición que fue resaltada después por un portavoz de ese organismo en rueda de prensa, en la que acusó a Filipinas de actuar maliciosamente.
El comunicado añadió que cualquier resultado de esa corte “será nulo e inválido”.
Las tensiones territoriales sobre esas aguas podrían estar presentes también en la visita que el presidente chino, Xi Jinping, realizará a Vietnam la próxima semana (5 y 6 de noviembre), un país con el que las similitudes ideológicas no ocultan las diferencias territoriales en la disputada zona. EFE